El cáncer de mama y el cáncer de cuello uterino actualmente constituyen las dos primeras causas de muerte por neoplasias malignas en mujeres mayores de 25 años. La incidencia y mortalidad por estas neoplasias, se asocian de manera importante a la transición demográfica, ya que existe una relación directa entre el envejecimiento poblacional y la incidencia de neoplasias malignas. Sin embargo, los estilos de vida y capacidad de respuesta de los sistemas de salud marcan los distintos panoramas regionales.
En México, estas neoplasias, cumplen las principales características reconocidas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y otras instituciones internacionales para ser consideradas como problema de salud pública:
- Magnitud: Constituyen una causa importante de morbilidad y mortalidad.
- Vulnerabilidad: Existen, desde la dimensión técnica, métodos eficaces de prevención y de control.
- Trascendencia: Un elevado impacto económico por años de vida saludable perdidos.
Aunque desde mediados del siglo pasado se realizaron acciones para el control del cáncer del cuello uterino en México, es en la década de los 90 que se instauraron esfuerzos importantes para la detección precoz y desde hace más de una década del cáncer de mama. Sin embargo, a pesar de los significativos avances, se han priorizado enfoques predominantemente curativos, que privilegian el diagnóstico y tratamiento en detrimento de la promoción y prevención.
Cambios en el estilo de vida, que incluyan la alimentación correcta, el control del consumo de alcohol y principalmente la actividad física, sumadas a estrategias de promoción del sexo seguro y vacunación para prevenir la infección de los principales serotipos de virus de papiloma humano (VPH) asociados a cáncer de cuello uterino, así como el control del tabaco, pueden disminuir la incidencia del cáncer en mujeres.Sin embargo, éstas no son suficientes en un contexto en el que la mayoría de los casos son detectados en etapas avanzadas.
El acceso a información y servicios sanitarios eficaces, garantes de la detección oportuna en aras de mejorar el diagnóstico y la supervivencia, es la clave para el control del cáncer de la mujer. En la medida que las mujeres en desventaja social (de avanzadas edades, urbano-marginales, rurales, que viven con capacidades diferentes, pobres e indígenas) tienen menos acceso a tales servicios y como consecuencia, son las más afectadas por ambas neoplasias, el cáncer de la mujer constituye una expresión, entre otras, de las desigualdades sociales y las inequidades de género.
Por ello, enfrentar al cáncer de la mujer como problema de salud pública debe promover el cambio del énfasis en la “enfermedad”, para enfocarse en la “salud”, partiendo del carácter multicausal de tales neoplasias y evaluando sus aspectos patológicos en relación orgánica con sus determinantes sociales.
Ello implica instrumentar estrategias y prácticas integrales, que conviertan a la promoción, prevención y tamizaje en herramientas contra las desigualdades sociales y las inequidades de género en problemas de salud.
Este enfoque integral en salud, prescribe un arduo trabajo de los líderes de los programas a los distintos niveles para lograr, entre otros, dos cambios primordiales; el desarrollo y apropiación de prácticas de autocuidado por parte de la ciudadanía (por las mujeres en general, principalmente las pertenecientes a los grupos etarios de mayor riesgo) y la apropiación y mejoramiento de la calidad de los servicios brindados por los servidores públicos, sustentándolos en el enfoque de género en salud y en evidencias científicas sobre las mejores prácticas.
México, actualmente, se encuentra en una coyuntura favorable para enfrentar el problema de salud pública que representa el cáncer en la mujer desde un enfoque integral de la salud. Esta coyuntura la marca el cumplimiento de las metas nacionales, principalmente de la meta No. II, “México incluyente”, del Plan Nacional de Desarrollo (PND) 2013- 2018)y la efectiva realización de sus estrategias trasversales, principalmente Igualdad de Género Gobierno Cercano y Moderno. Esta coyuntura se reafirma por el cumplimento de los seis objetivos del Programa Sectorial de Salud (PROSESA) 2013-2018,principalmente los objetivos 1, 2 y 4, orientados a: “Incrementar acciones de protección, promoción de la salud y prevención de enfermedades”, “Asegurar el acceso efectivo a servicios de salud de calidad” y “Cerrar las brechas existentes en salud entre diferentes grupos sociales y regiones del país”.
Tanto el PND 2013-2018 como el PROSESA 2013-2018, sustentados en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos4 reconocen a la protección de la salud como una dimensión fundamental de los derechos humanos, elemento esencial para el bienestar de las personas y condición indispensable para mejorar la participación económica de las y los mexicanos y la construcción de un México en Paz, Incluyente y Próspero. Plan y Programa, también coinciden en priorizar y fortalecer las estrategias y acciones de promoción y prevención de la salud; entre ellas, las orientadas a la atención de las neoplasias de mama, cuello uterino y próstata. Tales prioridades favorecen al Programa de Acción Específico (PAE) de Cáncer de la Mujer, en la medida que las estrategias de autocuidado y el diagnóstico temprano, organizados desde la transversalización de la perspectiva de género, constituyen elementos claves para reducir la mortalidad por los cánceres de mama y cuello uterino.
El Programa de Prevención y Control de Cáncer de la Mujer 2013-2018, dando cumplimiento a las metas nacionales e internacionales, ejes trasversales y objetivos establecidos respectivamente en el PND y el PROSESA para fortalecer la salud sexual y reproductiva de las mujeres mexicanas en materia de cáncer de mama y cuello uterino, establece en este documento las estrategias y líneas de acción consensuadas en el sector salud a través de las cuales se realizará la promoción, prevención, tamizaje, diagnóstico, referencia y tratamiento del cáncer de la mujer. Asimismo, en este Programa se incluyen indicadores y metas de proceso y resultado que permitirán medir el avance en el cumplimiento de las mismas.